El Perú, es y ha sido un país de grandes oportunidades, una Nación llena de riquezas naturales y culturales, un pueblo que debería haber erradicado la pobreza, la marginación y la desigualdad mucho antes que otros países en la región, las posibilidades de desarrollo se han dado y se dan en todos los campos de la actividad económica, las ingentes cantidades de dinero que ha recibido el Estado a través de los años, deberían haber permitido un desarrollo armónico de la sociedad, un desarrollo en el que la salud, la educación, la vivienda y las oportunidades de trabajo para todos los peruanos sin distinción ni discriminación, debería ser el estandarte de nuestro futuro.
Sin embargo, cada nuevo gobierno ha vivido en contubernio con la corrupción, el ilícito enriquecimiento de nuestros políticos en delictiva sociedad con otra gran cantidad de peruanos, y extranjeros promovidos por connacionales, que han, y hasta hoy siguen exfoliando los dineros del erario nacional, así como nuestras riquezas, son los verdaderos culpables de nuestro subdesarrollo, de la pobreza extrema de muchos de nuestros hermanos alejados de las grandes ciudades, y culpables también del fratricida enfrentamiento entre peruanos, entre quienes quisieron por la fuerza y al margen de ley cambiar la historia, y quienes cumpliendo su deber los combatieron, nuestras Fuerzas Armadas y Policiales.
A esos verdaderos culpables de la desgracia nacional, a todos aquellos que se enriquecieron con la plata del pueblo, les haremos un homenaje para perennizar los actos vándalicos que los enriquecieron y jamás sean olvidados.
La corrupción fue y es la pandemia infestada en nuestra clase política, es la lacra enquistada ancestralmente en todo aquel que llega a la administración pública, es la enfermedad que llevamos en la sangre la misma que no ha permitido romper las cadenas del subdesarrollo atada a la pobreza y el abandono de nuestro pueblo.
Jamás podremos erradicarla, por que quienes dictan las leyes nunca meterán su propia cabeza a la guillotina.
ALÍA JACTA EST
POlcese